"Si quieres lograr lo que nunca has conseguido... debes hacer lo que nunca has intentado"

martes, 28 de mayo de 2013

¿Qué tipo de piedras hay en tu camino?

Las personas tenemos diferentes maneras de reaccionar en nuestras vidas a los muchos acontecimientos que se nos van presentando. Unas veces salimos triunfantes, otras sintiéndonos perdedores y alguna otra como si nada. Lo que me parece interesante es pensar no en el resultado, sino en lo qué pasa entre medias y cómo influimos nosotros mismos en el resultado y los futuros eventos.
Imaginemos que nuestra vida es un camino el cual tenemos que andar. No es una calzada sencilla, habrá cuestas, llanos, barrancos, repechos, animales peligrosos, piedras e incluso a veces un sol abrasador, nieve u oscuridad en la noche… Cuando nos encontramos con cualquiera de esas dificultades, por ejemplo con una piedra en el camino que nos hacen tropezar, la gente reacciona de varias maneras:
  • Las hay que dicen tras tropezarse: ¿¡quién ha puesto esta piedra en mi camino para hacerme caer y que no llegue a mi destino!? Me hacen imposible llegar.
  • Las hay que dicen tras tropezarse: ¡Qué torpe soy, siempre me tropiezo, hasta con mi propia sombra! Voy a ser incapaz de llegar al final del camino.
  • Y otras que dicen tras tropezar: ¡vaya golpe me he dado! Pero bueno…ya que estoy en el suelo me pararé un rato a descansar aprovechando para recostarme la piedra con la que he dado el traspié y luego me apoyaré en ella para impulsarme al levantarme y seguir caminando.
La primera de estas personas siempre pone la responsabilidad de todo lo malo que le pasa en los demás, se verá a sí mismo como la víctima de su peregrinar y nunca mejorará ni aprenderá a hacer las cosas de una manera más eficaz. Él todo lo hace bien, son los otros los que se lo impiden.
El segundo tipo de persona, creerá que todo lo que le pase en su camino es por su culpa y responsabilidad, sobre todo cuando se refiere a cosas negativas. Las cosas saldrán mal única y exclusivamente porque no es bueno para ello y nada puede mejorar. Así, evitará enfrentarse a cualquier situación que conlleve algún tipo de riesgo. Si algo sale bien será por suerte, él no sabe hacer nada.
El último tipo de personas, pensará que haberse caído ahí puede tener relación con haber estado un poco lento de reflejos, pero también tendrá en cuenta las características del terreno, quizás la piedra se movía y justo al pisar encima hace perder el equilibrio. Además, este tipo de personas son capaces de aprovechar “sus fallos y los del terreno” para dar la vuelta a la situación y sacar provecho de ella. A veces las cosas salen mal, es necesario analizar el porqué y tener una visión alternativa para seguir intentándolo.
En muchas ocasiones en nuestras vidas, somos como alguno de esos tres peregrinos. El punto medio será, ser capaces de salirnos de cada sendero cuando encontremos una roca, un charco o un barranco, analizando cada situación como única, y después buscar esa tercera ruta para cada día llegar un poco más lejos e irnos acerando a nuestros pueblos-meta y al llegar, poder descargar un poco nuestra pesada mochila.

viernes, 24 de mayo de 2013

Posesión con picas

Se coloca aleatoriamente entre 8 y 10 picas por el terreno. Dentro del mismo se juega una posesión 5vs2 defensores. Los jugadores atacantes deben conservar la posesión de balón desmarcándose continuamente y evittando que el balón toque alguna de las picas. Cuando los defensores roban 5 balones se cambian las funciones.

¿Ganar o divertirse?

¿Quién ha ganado? ¿Te has divertido?, dos preguntas muy distintas, y con eso quería empezar algo tan sencillo y fácil como interesarnos por la diversión de nuestros hijos en la práctica deportiva, hoy por hoy se está olvidando, en cambio la primera pregunta estamos cansados de escucharla continuamente, da igual si no han disfrutado, en cambio no da igual si no han ganado. De una manera indirecta ya estamos presionando, fomentando resultados y competitividad a la vez de estar facilitando emociones negativas. 


Aquí es donde quiero nombrar al “Miedo”, ese enemigo de miles de deportistas, concretamente en futbolistas con quiénes yo trabajo, un lastre que cargan muchos de ellos independientemente de la edad que tengan, habiendo diferencias con los estímulos estresantes entre las diferentes etapas. La relación que tanto padres como entrenadores mantienen con los niños es fundamental para general entusiasmo y motivación por la práctica deportiva, pero todo lo contrario cuando la herramienta que utilizamos es la presión con la cual facilitamos que aparezca el miedo, la ansiedad y el abandono de la misma. 
En general, lo que resulta ser una práctica deportiva divertida, educativa y formativa, a veces por diferentes factores externos o internos, pasan a dificultar esa evolución integral de los niños. La presión que tienen hoy en día los deportistas de categorías base aparece prácticamente desde que nacen, encontrándonos frases como: “Mi hijo va a ser del Madrid”, “Mi hijo practicará fútbol”, dicha presión se quiere parecer cada vez más a la de un equipo de primera división; se presiona con los resultados, con el ganar como único objetivo, la afición responde con la misma ansiedad que si vieran un Madrid-Barca en el bar con los amigos, con que su hijo es mejor que el otro, porque el mío metió 5 goles y es un fenómeno, con qué si es preciso meter una patada para salir airoso de la jugada está permitido y nos encontramos con padres y entrenadores que además los motivan. 

Me pregunto ¿Y el esfuerzo?¿alguien se acuerda de él? un valor tan bonito y tan enriquecedor que a día de hoy pasa desapercibido en muchos clubes de fútbol base, cuando debería de ser el principal objetivo, con esto quiero haceros reflexionar tanto a padres como a entrenadores y cualquier técnico que esté en contacto con deportistas, trabajando y educando, la competición no está reñida con la educación por lo que debemos dar ejemplo, comprender que hacer deporte tiene un importante valor educativo independientemente de la clasificación . Ésta presión hace que convirtamos los partidos del fútbol base, semana tras semana en continuas luchas y peleas, en gritos, en malas caras, todo por ganar, olvidándonos de que los valores también juegan. 
¿Por qué no les dejamos crecer? No se dan cuenta que no tiene sentido acelerar y poner en peligro el proceso de formación de sus hijos. En la vida a medida que crecemos, todo se acaba convirtiendo en una competición: sacar buenas notas para elegir carrera en la universidad, puestos de trabajo, dinero… ya tendrán tiempo para competir, ganar y perder. Si nos paramos a reflexionar, veremos que lo mejor para estas etapas es que puedan disfrutar con tranquilidad y sin presión del deporte. Conseguiremos una formación integral como deportista y como persona, dejando que poco a poco ellos decidan las cosas que les motivan.

 
También hay padres y entrenadores que educan en valores, que los animan, los apoyan y que no le dan importancia a los resultados. Solamente les interesa que sean felices, que disfruten practicando el deporte que ellos han elegido, que adquiera unos hábitos saludables, que respete a sus compañeros, a los rivales, al árbitro, a su entrenador etc.. Estos aunque sean los menos, yo les apoyo para que sigan animando a sus hijos, estando siempre cerca de ellos, elijan el deporte que elijan, sin presión de ningún tipo. Lo importante es que disfruten practicando deporte y de algo tan bonito como el fútbol y no olvidarnos de que ¡los valores también juega!. 


La equivocación de machacar con el error



¿Cuántas veces como entrenador, o como futbolista, no has visualizado los errores tuyos y los del equipo sobre el partido que jugaste el fin de semana anterior? Muchas, ¡y las que te rondaré morena!

Visualizar los fallos del partido no es un error. Lo que sí es un error es que el futbolista se quede solo con la imagen de aquello en lo que se equivocó. Por un motivo muy sencillo. El cerebro elabora imágenes y pensamientos, y nuestras acciones son la consecuencia de esas imágenes y de esos pensamientos. Si el vídeo y tú como entrenador introduces este tipo de información en la mente del jugador, estás depositando su atención en eso, en el fracaso y en lo que hace mal.
De nada sirve visualizar los errores si no acabas la sesión de vídeo con los aciertos o las correcciones. Está claro que el jugador tiene que saber en qué se ha equivocado, pero solo con la finalidad de que le digas cómo corregirlo. Como entrenador das muchas veces por supuestas informaciones que crees que el jugador debería saber, pero que a veces desconoce. No siempre eres lo claro que podrías ser, o dejas de dar información porque la presupones.
Olvídate de todo eso. Centra la atención en:
- Lo que tiene que hacer, no andes con ironías, ni burlas ni comentarios que desvíen la atención de lo puramente práctico. Dile cuál ha sido el error, lo más escueto posible y sin juicios de valor. Y acto seguido explícale de forma clara qué esperas de él, detállale la jugada.

- No seas un machacón. Con que se lo digas una vez es suficiente. Lo entiende a la primera. Pero dilo de forma que sea comprensible y no humillante. Las personas no aprenden por provocación, aprenden cuando se les facilita la tarea.

- Si haces un excesivo hincapié en el error, será muy difícil que lo olvide, porque le estás condicionando ese tipo de jugada, que es precisamente la que no quieres que haga. Habla del error brevemente y sobre todo, que la última parte de tu discurso esté relacionada con lo que SÍ tiene que hacer. El cerebro atiende a lo que le dices, si le hablas de errores, cometerá errores, si le hablas de cómo hacer las cosas de forma excelente, trabajará de forma excelente (siempre y cuando tengamos el talento que se necesita).


Como entrenador tienes que preguntarte cuál es el motivo de estar rabioso o porqué necesitas descargar tu ira con los jugadores. Si el fin es mejorar y sacar lo mejor de ellos, ese no es el camino. Busca la comunicación, la confianza y la fortaleza del grupo. El liderazgo autoritario genera miedo, inseguridad e indefensión. Es un error pensar que la letra con sangre entra. A nadie le gusta sentirse humillado, ni gritado, ni ridiculizado. Si de verdad quieres que tu equipo esté contigo, que te respeto como técnico, tienes que empezar por contar con ellos y respetarlos tú. Delante de ti hay un grupo de PERSONAS, y eso no puede olvidársete nunca.


Y recuerda, el primer interesado en jugar bien es el jugador, quiere seguir jugando al fútbol, mejorando en su contrato y creciendo cada día. No se equivoca a posta, se equivoca porque es humano y porque el error forma parte del aprendizaje. Si lo machacas por ello, dejará de atreverse. Y entonces tendrás un jugador inseguro, con falta de confianza y cobarde.

sábado, 18 de mayo de 2013

Aprender de las derrotas

Todos hemos perdido deportivamente en muchas ocasiones de nuestra vida.
Lo que buscamos con este artículo es, primero que la derrota afecte anímicamente lo menos posible a nuestro equipo y segundo, que los errores cometidos nos sirvan para mejorar .
En primer lugar distinguiremos en las edades con las que tratemos puesto que no es lo mismo ser un jugador de 8 años que uno de 18 años.
Comenzando por los jugadores de 8 años podemos decir que para ellos, igual que para los mayores, es una decepción perder. Sin embargo, es más fácil recuperar su autoestima puesto que se centran rápidamente en otras cosas. Empecemos por decir que en edades tempranas, el entrenador es la persona referente de los jugadores y un ídolo para ellos, por llamarlo de alguna manera, siempre que exista una buena relación con el equipo. En cambio una mala relación puede hacer que los niños quieran dejar el equipo y en algunos casos el deporte. Partiendo de esta base, tendremos la potestad para convencer a los jugadores de que hay que seguir trabajando para mejorar los resultados tanto en juego como en el marcador.
El entrenador que debemos ser, es aquel que encuentre el punto medio entre un entrenador autoritario y respetado y un entrenador cercano y complaciente. Para ser alguien así debemos saber en qué situaciones aplicar autoridad y en cuales complacencias.
Una recomendación es que cuando acabe el partido que hemos perdido, no se desanimen, haciéndoles ver los aspectos positivos que han aportado al equipo, (una buena parada del portero, un buen corte del defensa).
En cuanto a jugadores juveniles y apunto de entrar en edad senior, entraríamos a tratarlos de otra manera. Tomen un nivel intermedio de lo recomendado anteriormente y a continuación para jugadores infantiles y cadetes(14 años) entre lo dicho para los niños de 8 años y los juveniles.
Cuando los jugadores aumentan su edad, tienden a cambiar la admiración que tienen por el entrenador cuando son pequeños por el respeto siempre y cuando el entrenador sea una figura que tenga conocimientos  y autoridad dentro del equipo.
Podemos diferenciar entre dos tipos de jugadores en estas edades. Los que les importa lo que hacen, y juegan para ganar e incluso se sienten identificados y comprometidos con el equipo y sus compañeros, y los que no. A los primeros tenemos que intentar recuperarlos cuanto antes y ¿Cómo hacerlo?
En estos casos y bajo mi experiencia, no se daba una charla después del partido puesto que ellos son conscientes de los fallos y puede ser contraproducente que se los repitan, además al finalizar y en el vestuario suelen comentarse entre los compañeros. Lo realmente importante que cuando un compañero esté cabizbajo por un fallo que haya implicado un gol o la pérdida del partido o así lo pueda asumir él, sean los compañeros a ser posible los líderes del equipo ( y no el entrenador) los que lo animen y hagan ver que al fin y al cabo eso no lo podemos cambiar pero si podemos aprender de ello.
La charla sobre el partido se dará al comienzo del primer entrenamiento posterior al partido, evitando si es el caso, personalizar la pérdida del encuentro en uno o varios jugadores, sino que la pérdida del partido se da por el equipo. Hay que tener en cuenta que las personalizaciones  negativas en un grupo provocan la baja autoestima del jugador y puede que incluso la pérdida del mismo.
TENGAN CLARO EN SU CABEZA QUE LOS ERRORES PASADOS YA HAN SIDO COMETIDOS, NO TIENEN SOLUCIÓN, SOLO TIENEN ARREGLO DE CARA AL FUTURO.

El flato

Todos hemos pasado por un proceso molesto como es el flato. Eso mismo parece que me ha pasado a mí durante este año que me ha dejado con fatiga y dolor, que no me ha dejado actualizar como debía y se merecía este blog.

Hay quien apunta que el flato aparece porque al ingerir alimentos buena parte de la sangre se va a los músculos en movimiento y llega menos al diafragma, provocando fatiga y dolor. Según otros los ligamentos de unión entre el estomago y el diafragma tiran hacia abajo durante las oscilaciones de la carrera y como consecuencia aparecen las molestias.
Hay algunas cosas que podemos hacer para prevenir que aparezca el flato:

  • Después de comer o beber mucho líquido debemos dejar pasar al menos 90 minutos.
  • Debemos evitar tomar bebidas con gas, antes del ejercicio físico.
  • Una buena amortiguación es muy aconsejable, lo podemos conseguir con un buen calzado y con una buena técnica de carrera.
  • Si repones líquido durante el entrenamiento o la competición baja el ritmo para no tener la respiración muy agitada.
Si a pesar de estos consejos aparece el flato, trata de aliviarlo tensando la musculatura abdominal o presionando con la mano el lugar donde aparece el dolor.

A mí me ha resultado muy útil estos consejos y una vez que el dolor ha desaparecido me comprometo a seguir actualizando este blog como se merece.

Un pequeño gesto

Y si cada uno de nosotros hiciéramos un pequeño gesto, todos los días, para ayudar a otras personas que lo necesiten. Y si en nuestro ámbito deportivo hiciéramos un pequeño gesto para hacer del mundo del deporte un espacio donde existiesen valores como compañerismo, solidaridad, altruismo, afecto, conciencia, cercanía, compromiso, cooperación, cordialidad, confianza, entusiasmo, amistad, generosidad, gratitud, armonía, optimismo, etc ……
Imagínate un escenario en el que se ayuda al árbitro a hacer bien su labor, en el que los entrenadores se saludan siempre, en el que un padre le da la enhorabuena por la buena jugada de su hijo al padre del equipo contrario, donde un jugador ayuda a un rival a levantarse de una caída, donde un equipo le presta unas camisetas al visitante porque se le han olvidado, etc.
Se que hay mucha gente que ya está empezando ha hacer este pequeño gesto ¿Te apuntas ha hacer un pequeño gesto para agrandar los valores positivos del deporte?.

domingo, 12 de mayo de 2013

Partido ciego

Dos equipos de igual número de jugadores más un comodín ofensivo que jugara con el poseedor del balón. Todos los jugadores tendrán los ojos vendados, excepto el comodín. Se juega un partido con las reglas de juego normales. El comodín ofensivo no podrá marcar gol y servirá de apoyo a sus jugadores, guiando en todo momento a través de indicaciones a los jugadores de ataque. El entrenador guiará a través de indicaciones a los jugadores defensivos para ir orientándolos en todo momento. Posibilidad de incluir una pelota de menor peso con cascabeles dentro de la misma, para guiarnos por el sonido.

viernes, 10 de mayo de 2013

Fútbol y estudios

Quien no ha escuchado nunca la frase de:
Estudia niño, que ser futbolista  es muy difícil´´.
Eso mismo le dijeron  a un joven brasileño hace ya algunos años, que no dudo un segundo en decir que él no tenía que estudiar, que él iba a ser futbolista.
Hablamos por supuesto de Ronaldinho Gaucho.
Un chico de familia humilde, que dormía abrazado a un balón y que  soñaba con llegar a ser algún día futbolista profesional.
Quien podría olvidar a ese brasileño que levantaba estadios haciendo magia con sus pies.
Por desgracia, no siempre ocurre esto. Son millones de niños los que  sueñan con poder hacerse un hueco en el mundo del fútbol y muy pocos los que logran  hacerlo.
La tónica general demuestra que el fútbol mantiene un distanciamiento con los estudios, ya que son escasos los futbolistas que compaginan ambas cosas.  Casos como el mítico ex jugador del Real Madrid Emilio Butragueño (licenciado en Ciencias Económicas), o el futbolista del F.C Barcelona  Andres Iniesta (cursa INEF), son claros ejemplos que es posible.
El propio Andres Iniesta reconoció que le vino muy bien en cuanto a la anatomía del cuerpo a la hora de encarrilar algún tipo de lesión  ya que entiende los que les dice los médicos y puede recuperarse mejor.

Es por ello, que hay que inculcarles desde muy pequeño la importancia de estudiar y saber compaginar los estudios con los entrenamientos. Ya sea en el fútbol o en otro deporte, dosificando el tiempo se puede llevar todo hacia delante.
19314gTodos conocemos casos de jugadores que han tenido que recorrer muchos kilómetros durante  años y somos conscientes de la dificultad y lo cansino que puede llegar a ser, pero estoy completamente seguro que con un poco de sacrificio y llevándolo día tras día, con el paso de los años lo agradecerán.
La carrera de un futbolista suele durar unos 15 años aproximados, en los que si eres profesional de gran nivel adquieres una economía bastante importante para poder hacer algún tipo de inversión y solucionar la vida. Pero no todo jugador consigue dinero suficiente de por vida y la carrera termina con 35 años aproximados. Con un poco de suerte pueden seguir en el mundo del fútbol pero no todos lo consiguen.
Una buena educación y mantener al jugador desde pequeño en todo momento con los pies en el suelo, son las pautas principales que hay que marcar para que esto no ocurra

jueves, 9 de mayo de 2013

Entrenador de fútbol base

La habilidad de un entrenador, y más en concreto de uno de fútbol base, se traduce en la capacidad de transmitir a sus jugadores sus conocimientos técnicos, tácticos, de preparación física y de comportamiento, con el fin de que los hagan suyos, convirtiéndose, si ello es posible, en mini-jugadores dotados de un sano espíritu competitivo. Es indudable que el grado de preparación varía de un entrenador a otro; sin embargo, lo que debe ser común entre todos, es el modo en el cual proponer las actividades a los niños para obtener resultados apreciables.
El entrenador debe corregir y sugerir, no reprochar. Esto al leerlo muchos pensaréis, es lo normal, pues el que ve los partidos semana tras semana estará conmigo en que son muchos los que en vez de corregir al niño se dedican a darle voces a reñirle y a exhibirse como "buen entrenador de primera". y no se dan cuenta que los niños con la presión que tienen lo que les provoca es ponerlos más nerviosos, no entender lo que quieres que haga, y al final puede incluso tener un problema futuro de presión añadida en los partidos posteriores. Mi opinión siempre es que hay que corregir al niño, si ves que no se entera lo sacas un par de minutos y se lo explica tranquilamente y si sigue sin enterarse pues para eso está los entrenamientos para formar y enseñar al niño a jugar al fútbol, no para mandarles ejercicios que has visto en otros entrenadores y que te gustan a ti, sin ningún significado para el equipo ni para la formación de los jugadores.

La relación que se debe instaurar con los niños no debe ser autoritaria; el entrenador puede ejercer el papel de jefe del grupo sin comportarse como un dictador; se pueden imponer reglas y hacerlas respetar sin la amenaza del castigo... todo está en saber crear una relación de confianza entre los jugadores y el entrenador y entre los mismos jugadores.
Así como no es eficaz la figura del entrenador déspota, tampoco la figura del entrenador “amigo” tiene gran futuro: tiene el peligro de ser avasallado por el grupo que no llega a distinguir entre los momentos de bromas y los momentos serios, la diversión del trabajo.
Los jugadores deben recibir de nosotros, los entrenadores, enseñanzas: no gritemos a un jugador por un error, guiémoslo hacia la solución del problema que no ha sabido resolver por sí mismo, démosle indicaciones útiles para el fin deseado; en relación a una situación del juego digámosle qué debería o qué no debería haber hecho... sin adentrarnos ahora en disquisiciones relativas a los métodos inductivos y deductivos...
Primera pregunta: ¿Es preferible un entrenador medianamente preparado, tal vez sin “carnet”, que se maneja bien con los niños y consigue transmitirles el 100 % de sus propios conocimientos o un entrenador que esté al día en todo cuyo primer objetivo es demostrar su propio valor, angustiado por el hecho de no ver traducidos en resultados apreciables sus esfuerzos semanales?. ¿Tiene sentido bombardear de informaciones biomecánicas a un “pequeñín” que no sabe golpear bien el balón?. ¿O es preferible no saber ni siquiera qué es la biomecánica del gesto pero si cómo intervenir de forma adecuada para alcanzar el fin?.
De lo dicho anteriormente se evidencia que casi es más importante el CÓMO que el QUÉ se enseña!
Segunda pregunta: ¿La palabra resultado se asocia al marcador final de un partido o a una valoración sobre la evolución técnico-comportamental de nuestros jugadores?
En el fútbol base, que se mueve obviamente de forma distinta al fútbol profesional, el error que un entrenador no debe cometer es el de perjudicar al niño como individuo en proceso de formación; paradójicamente, es aceptable un error técnico efectuado por el jugador: ¡hay que tener paciencia!, en todo caso, el proceso de desarrollo técnico deberá ser ralentizado y revisado; sin embargo, no es justificable de ningún modo un error, ya sea sustancial o de forma, en la manera de relacionarnos con los niños.
El entrenador no debe usar el equipo que entrena como medio para realizarse en primera persona; más bien debe ser la guía, siempre en un segundo plano, gracias a la cual los niños se desarrollan comparándose consigo mismo y con los demás.

sábado, 4 de mayo de 2013

Barrera


Fin de la temporada

El final de la temporada de fútbol llega.Para algunos futbolistas supone jugar los últimos partidos con sufrimiento,para otros la tranquilidad de permanecer en la categoría o la alegría de conseguir un titulo.¿Hemos realizado los objetivos marcados al inicio de la temporada?.Para algún equipo puede haber llegado a este objetivo y para otros no haberlo conseguido.En cualquier caso,la recta final de temporada supone un gasto tanto físico como psicológico importante,ya que sus reservas se encuentran en estos momentos al límite después de una temporada tan larga y competitiva.
¿Qué podemos hacer para llegar de la mejor forma posible?
-Debemos ser realistas y reajustarnos en nuestros objetivos: En función de cómo nos ha ido la temporada y de lo que pretendemos alcanzar en equipo, es importante que el jugador ajuste bien lo que  desea alcanzar. Saber reajustar el umbral de su rendimiento. En caso de que el equipo se encuentre muy alejado de sus objetivos debemos aceptar la realidad.
-Debemos intentar asegurar los últimos objetivos planificados: Después de las diferentes metas establecidas, de cara al final de la temporada ha de lucharse por lograr las que verdaderamente se pueden conseguir, de tal forma que el trabajo colectivo e individual se oriente hacia ellas.
-Debemos mantener la motivación y nuestro compromiso:Todos sabemos que a está altura de la competición el cansancio mental se hace más frecuente.La ilusión y el  compromiso deben mantenerse hasta el último partido,con independencia de que nos acompañen los resultados.
-Debemos buscar una mejora continuada: La mejor manera de conseguir llegar en buena forma física y psicológica es no olvidando que cada partido debe suponer un esfuerzo por conseguir mejoras en las diferentes parcelas de nuestro juego (técnica,táctica,física y psicológica).
-Debemos asumir nuestro rol en el equipo: A veces al final de temporada se hace más necesario una amplia conversación entre el jugador y el entrenador.Esto sucede por que el jugador necesita saber con exactitud cuál es el rol que espera de él sobre el equipo.De está manera se puede alcanzar un mayor compromiso del jugador sobre el equipo.
-Debemos evitar conflictos: Ahora es cuando se hace más necesario no generar problemas,evitar las provocaciones.Al final de temporada ,ya habrá tiempo para solucionar los problemas.
-Debemos resistir la presión psicológica: Tanto si tenemos la posibilidad de alcanzar los éxitos como cosechar un fracaso. Hay que ser fuertes psicológicamente y estar centrados para conseguir los últimos objetivos planteados.
El futbolista debe pensar que estamos ante el final de una etapa y que nuevamente comenzamos otra y por lo tanto, renovamos ilusiones y objetivos.

Contraataque

Las habilidades grupales son acciones en las que se relacionan 2 o más jugadores. Durante esta habilidad grupal llamada contraataque lo importante es crear superioridades numéricas en ataque y sobre todo darle amplitud, pero lo importante no es sólo crear dichas superioridades si no llevarlas a cabo después de una forma adecuada.
En dichas situaciones, las cuales hay que trabajar, la primera básica es esperar a que fije el defensa para crear espacio a mi 2º jugador. El 2×1 entonces se da ante superioridades momentáneas.
Los principios en los que se basa el contraataque mayoritariamente son;

Principios para llevarlo a cabo:

  • 1º Velocidad
  • 2º Transferencia al juego real
  • 3º Situaciones donde se encuentren los jugadores en línea de pase
  • 4º Precisión
  • 5º Mantener amplitud
  • 6º Toma de decisiones acertadas
  • 7º Comunicación verbal y corporal
  • 8º Control

Principios para defenderlo:

  • 1º Aguanto
  • 2º Fintar al lado dominante del atacante y luego ir al otro
  • 3º Temporizar; repliegue colectivo e individual, un repliegue individual que Bonizzoni y Leali (1995) definen como la temporización que realiza el ejecutante esperando una mejor opción para actuar, para acosar o arrebatar el balón rehusando el duelo directo con el poseedor.
  • 4º Orientaciones corporales para disuadir al atacante hacia posiciones no ventajosas.

La progresión normalmente empieza con el ataque, ya que a ellos les es más difícil,  más tarde empezaremos a darle pautas sobre el cómo actuar a los defensores, jugadores en estos casos que deben tomar decisiones mucho más fáciles que los atacantes, siempre dándole sentido a nuestras tareas, explicar siempre el por qué táctico de la misma aunque conlleve meno tiempo útil de práctica y perdidas excesivas de tiempo.
Algunos de los objetivos sobre aspectos grupales y de equipo que nos tenemos que plantear para conseguir llevar a cabo dichos contraataques con éxito son;

Fútbol de toque

Es el juego combinado de varios jugadores con toques reiterados de la pelota. Es preciso tener mucha paciencia para entrenarlo. Los equipos defensores de este estilo de juego tratan el balón de la mejor forma posible, intentando que este llegue de un compañero a otro de una manera sencilla. Para practicarlo es fundamental controlar el balón, si no viene en condiciones, antes de pasar y volver a pasarlo al compañero de la mejor forma posible, así sucesivamente, avanzando hasta la portería contraria.
Contrario al fútbol directo y bronco, este modelo busca que el balón se juegue por abajo, por el suelo, rápido pero sin precipitación. El estado del terreno de juego, del césped, es fundamental para que tenga éxito.
No hay nada más difícil que jugar fácil. Eso es lo que distingue a los jugadores buenos de los muy buenos, entendiendo el sentido que tiene cada pase.  Los que juegan bien al fútbol parten de ideas claras y lo expresan en el campo de juego de manera que el equipo se vea beneficiado con su juego. Lo hacen de manera tan fácil y natural que parece que esté al alcance de todo el mundo. Para esto no hay excusas, cualquier jugador debe aprender a “tocarla”. No debe haber jugadores que no intenten controlar, mirar y pasar el balón en condiciones. Hay algunos con más capacidades que otros pero, al menos, la intención no debe desaparecer, hay que intentarlo.
Parece sencillo cuando lo vemos y realmente es una de las tareas mas complejas cuando tratamos de ejecutarlo o enseñarlo. Si la calidad técnica del grupo que se dirige es reducida, el entrenamiento de este concepto suele conducir a la desesperación a muchos formadores, por lo que es aconsejable realizarlo con pocos jugadores para evitar repeticiones continuas.
El entrenador que quiera ponerlo en práctica debe buscar en su equipo dominar la posesión del balón y con esto que sus jugadores cuenten con más recursos que los de salir desde atrás con un balonazo buscando al delantero.
Los técnicos por no perder partidos, no quieren jugar cerca (si la pierdo peligro de gol), optan por un juego directo, se quitan el balón de encima con un pase largo o despeje, para buscar el gol, pensando que si pierden el balón, lo harán lejos de la propia portería. Hay que ser muy valiente para asumir el riesgo que conlleva las posibles derrotas que sufrirán intentando jugar así. El salir tocando desde la propia portería supone perder multitud de balones que serán “robados”, tras la presión del rival. Si a partir de los primeros goles en contra renunciamos a este estilo de juego nunca podremos averiguar si en el futuro ha sido rentable practicarlo.
El verdadero fútbol, es sin duda el de la elaboración de la jugada con varios pases, haciendo un fútbol divertido, tanto para el que juega como para el que lo ve. Que el jugador termine el partido con la sensación de haber disfrutado del partido.
Jugar al toque constituye una de las formas colectivas más frecuentes para incrementar el ritmo del juego. Si lo ponemos en práctica realizaremos un mejor juego ofensivo y tendremos más ocasiones de gol. El equipo contrario sufrirá para defenderse de nuestro juego y podremos marcar más goles.
El “corre corre” se ha acabado en el fútbol moderno. Aquí lo más importante es el balón, todo es cuestión de mantener la posesión del mismo, y para eso tocarla rápido es fundamental. Es más eficaz el fútbol de toque que correr detrás del balón. El toque contagia, incluso para el que no lo hace habitualmente. Si casi todos tocan y alguno no lo hace, se notará mucho y al final tendrá que hacerlo, obligado por el grupo.
Este fútbol más técnico y de toque, debe ser uno de los principales objetivos de cualquier escuela de fútbol. Su filosofía de juego debe ser intentar tener la posesión del balón y apostar por un fútbol vistoso y divertido, el entretenimiento y la victoria estará más cerca de su lado que del rival. Y además el aficionado disfrutará y querrá seguir asistiendo al estadio, pero sólo si hay fútbol de toque.

1x1 tras control

Colocados por parejas. Un jugador será el que reciba el balón y el otro el que defienda la miniportería. El defensor tendrá que realizar un pase con las manos hacia arriba, para que el jugador atacante realice un control y posteriormente se produzca una situación de 1×1, teniéndose que introducir con el balón dentro de la miniportería (1 punto). Una vez realizado se cambiaran los roles. El lanzamiento se hará con diferentes distancias y con diferentes alturas.