"Si quieres lograr lo que nunca has conseguido... debes hacer lo que nunca has intentado"

sábado, 18 de mayo de 2013

Aprender de las derrotas

Todos hemos perdido deportivamente en muchas ocasiones de nuestra vida.
Lo que buscamos con este artículo es, primero que la derrota afecte anímicamente lo menos posible a nuestro equipo y segundo, que los errores cometidos nos sirvan para mejorar .
En primer lugar distinguiremos en las edades con las que tratemos puesto que no es lo mismo ser un jugador de 8 años que uno de 18 años.
Comenzando por los jugadores de 8 años podemos decir que para ellos, igual que para los mayores, es una decepción perder. Sin embargo, es más fácil recuperar su autoestima puesto que se centran rápidamente en otras cosas. Empecemos por decir que en edades tempranas, el entrenador es la persona referente de los jugadores y un ídolo para ellos, por llamarlo de alguna manera, siempre que exista una buena relación con el equipo. En cambio una mala relación puede hacer que los niños quieran dejar el equipo y en algunos casos el deporte. Partiendo de esta base, tendremos la potestad para convencer a los jugadores de que hay que seguir trabajando para mejorar los resultados tanto en juego como en el marcador.
El entrenador que debemos ser, es aquel que encuentre el punto medio entre un entrenador autoritario y respetado y un entrenador cercano y complaciente. Para ser alguien así debemos saber en qué situaciones aplicar autoridad y en cuales complacencias.
Una recomendación es que cuando acabe el partido que hemos perdido, no se desanimen, haciéndoles ver los aspectos positivos que han aportado al equipo, (una buena parada del portero, un buen corte del defensa).
En cuanto a jugadores juveniles y apunto de entrar en edad senior, entraríamos a tratarlos de otra manera. Tomen un nivel intermedio de lo recomendado anteriormente y a continuación para jugadores infantiles y cadetes(14 años) entre lo dicho para los niños de 8 años y los juveniles.
Cuando los jugadores aumentan su edad, tienden a cambiar la admiración que tienen por el entrenador cuando son pequeños por el respeto siempre y cuando el entrenador sea una figura que tenga conocimientos  y autoridad dentro del equipo.
Podemos diferenciar entre dos tipos de jugadores en estas edades. Los que les importa lo que hacen, y juegan para ganar e incluso se sienten identificados y comprometidos con el equipo y sus compañeros, y los que no. A los primeros tenemos que intentar recuperarlos cuanto antes y ¿Cómo hacerlo?
En estos casos y bajo mi experiencia, no se daba una charla después del partido puesto que ellos son conscientes de los fallos y puede ser contraproducente que se los repitan, además al finalizar y en el vestuario suelen comentarse entre los compañeros. Lo realmente importante que cuando un compañero esté cabizbajo por un fallo que haya implicado un gol o la pérdida del partido o así lo pueda asumir él, sean los compañeros a ser posible los líderes del equipo ( y no el entrenador) los que lo animen y hagan ver que al fin y al cabo eso no lo podemos cambiar pero si podemos aprender de ello.
La charla sobre el partido se dará al comienzo del primer entrenamiento posterior al partido, evitando si es el caso, personalizar la pérdida del encuentro en uno o varios jugadores, sino que la pérdida del partido se da por el equipo. Hay que tener en cuenta que las personalizaciones  negativas en un grupo provocan la baja autoestima del jugador y puede que incluso la pérdida del mismo.
TENGAN CLARO EN SU CABEZA QUE LOS ERRORES PASADOS YA HAN SIDO COMETIDOS, NO TIENEN SOLUCIÓN, SOLO TIENEN ARREGLO DE CARA AL FUTURO.

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