Quien no ha escuchado nunca la frase de:
“Estudia niño, que ser futbolista es muy difícil´´.
Eso
mismo le dijeron a un joven brasileño hace ya algunos años, que no
dudo un segundo en decir que él no tenía que estudiar, que él iba a ser
futbolista.
Hablamos por supuesto de Ronaldinho Gaucho.
Un chico de familia humilde, que dormía abrazado a un balón y que soñaba con llegar a ser algún día futbolista profesional.
Quien podría olvidar a ese brasileño que levantaba estadios haciendo magia con sus pies.
Por
desgracia, no siempre ocurre esto. Son millones de niños los que
sueñan con poder hacerse un hueco en el mundo del fútbol y muy pocos los que logran hacerlo.
La tónica general
demuestra que el fútbol mantiene un distanciamiento con los estudios,
ya que son escasos los futbolistas que compaginan ambas cosas. Casos
como el mítico ex jugador del Real Madrid Emilio Butragueño (licenciado
en Ciencias Económicas), o el futbolista del F.C Barcelona Andres
Iniesta (cursa INEF), son claros ejemplos que es posible.
El
propio Andres Iniesta reconoció que le vino muy bien en cuanto a
la anatomía del cuerpo a la hora de encarrilar algún tipo de lesión ya
que entiende los que les dice los médicos y puede recuperarse mejor.
Es
por ello, que hay que inculcarles desde muy pequeño la importancia de
estudiar y saber compaginar los estudios con los entrenamientos. Ya sea
en el fútbol o en otro deporte, dosificando el tiempo se puede llevar
todo hacia delante.
Todos conocemos casos de jugadores que han
tenido que recorrer muchos kilómetros durante años y somos conscientes
de la dificultad y lo cansino que puede llegar a ser, pero estoy
completamente seguro que con un poco de sacrificio y llevándolo día tras
día, con el paso de los años lo agradecerán.
La carrera de un
futbolista suele durar unos 15 años aproximados, en los que si eres
profesional de gran nivel adquieres una economía bastante importante
para poder hacer algún tipo de inversión y solucionar la vida. Pero no
todo jugador consigue dinero suficiente de por vida y la carrera termina
con 35 años aproximados. Con un poco de suerte pueden seguir en el
mundo del fútbol pero no todos lo consiguen.
Una buena educación y
mantener al jugador desde pequeño en todo momento con los pies en el
suelo, son las pautas principales que hay que marcar para que esto no
ocurra
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